“La diferencia entre nosotros y el resto es abismal. Tenemos que jugar entre los más fuertes. Estaremos los mejores clubes del plantea porque nos lo hemos ganado”, ha sido la defensa de los grandes del fútbol de la península ibérica para justificar una Superliga Europea que en LaLiga se cae por su propio peso. Real Madrid, Barcelona y Atlético han demostrado que no son ni mucho menos invencibles ante el resto de los clubes en España y sus números en este arranque de temporada chocan de lleno contra ese argumento que pretenden instalar quienes buscan que el fútbol europeo se rompa para siempre.

Atrás han quedado las ligas que ganaban con 100 puntos, las rachas goleadoras y el aplastar a sus rivales semana a semana. Los grandes del fútbol español buscaron unirse a una Superliga que poco o nada se entiende si miramos sus resultados contra esos equipos a los que acusan de no poder competir con sus chequeras. De momento, billetera no mata galán en España.

Maquinas de perder puntos

Empecemos por quienes han sido los principales promotores de la Superliga. Real Madrid pelea en lo alto de LaLiga y es el grande mejor colocado en lo que vamos de temporada en España, pero ni mucho menos ha marcado una diferencia con el resto. Solo en 12 jornadas los Merengues se han dejado 9 puntos contra equipos de la parte media y baja de la tabla (Levante, Osasuna, Villarreal y Espanyol).

Sigamos con los vigentes campeones de LaLiga y sus 13 puntos perdidos contra esos clubes de los denominados como chicos en España. Atlético de Madrid ostenta ya un plantel y economía de primer nivel, pero lejos está de haberlo justificado ante equipos como Valencia, Alavés o de nuevo Levante.

Por último y como caso más significativo de esta inexistente diferencia entre los grandes y la clase media del fútbol español se encuentra un Barcelona que ha perdido 19 puntos en lo que vamos de campaña. Dos más lo que de momento tiene en LaLiga y sus deslices ante Celta, Cádiz, Granada y Athletic Bilbao dejan en claro que los equipos españoles de la Superliga están más que lejos de ser de élite ahora mismo.