Real Madrid y Girona se encontraron por LaLiga en un Santiago Bernabéu donde el tema y problema de moda desde hace semanas pasa por el estado de salud de un césped que es noticia desde hace semanas. Ante los catalanes y como viene ocurriendo en los últimos encuentros, el verde del coliseo Merengue apenas llega a un ‘aprobado’ que no podrá solucionarse hasta el Mundial. ¿Qué ocurre?
Los ojos de Bolavip veían desde la tribuna de prensa como Eduardo Camavinga, Yangel Herrera, Rodrygo o Vinicius se resbalaban gracias a los pozos de tierra que abundaban durante el ancho y largo del campo. Era difícil controlar el balón, combinar sin la que la pelota se levantarse y mantener un ritmo de juego óptimo. No es la primera vez por supuesto, pero aseguran desde el mismo Bernabéu que lo más probable es que no sea la última.
Las cuentas son claras para Real Madrid en este sentido. Hasta que llegue el parón de selecciones los blancos tendrán que jugar dos encuentros donde será difícil que el césped mejore. La verdadera recuperación de este aseguran, no se verá hasta que llegue Valencia al Bernabéu sobre el 14 de enero.
¿Por qué no hay solución?
Tal y como relatan a Bolavip desde el Santiago Bernabéu, las altas temperaturas registradas en Europa a estas alturas del año (se vive el octubre más caluroso de la historia), sumado a las obras que tendrán lugar prácticamente a diario hasta el 2023 y el apretado calendario gracias a la Copa del Mundo, suponen el peor de los contextos para que un césped retráctil pueda asentarse de manera natural y con los tiempos de recuperación necesarios.
No será hasta que llegue el parón de selecciones que el Santiago Bernabéu tendrá más de 10 días de descanso seguidos (lo mínimo que se necesita para que las placas del invernadero subterráneo se unan naturalmente) y de esta manera pueda empezar a verse ese césped de élite que demanda un estadio como el de Real Madrid. Ante Celtic y Cádiz se vivirá el mismo (o peor) escenario que ante Girona esta tarde.