En Anfield Road, Liverpool recibía a Real Madrid en el arranque de la serie de octavos de final de la Champions League. Dos de los habituales protagonistas del certamen de clubes más importante de Europa debían eliminarse entre sí en esta temprana instancia y por eso necesitaban comenzar con el pie derecho.
Aunque los comandados por Jürgen Klopp estaban teniendo una floja temporada en el resto de los certámenes, ponían todas sus esperanzas en el más prestigioso de todos y así salieron a enfrentar a los vigentes campeones. En menos de 15 minutos ya habían sacado dos goles de ventaja.
Fue en apenas 4 minutos de partido que los Reds lograron festejar por primera vez en el duelo. Darwin Núñez recibió de primera en el área y la mandó al fondo de la red con un lujoso taco. El segundo grito, sin embargo, llegó con menos brillo y más ayuda de los rivales.
Es que, a los 14 minutos, Thibaut Courtois recibió en su área, pero se complicó al entregarla nuevamente. El arquero belga tuvo problemas con el control y, cuando se fue a perfilar para sacarla, la pelota impactó en su rodilla derecha, cayéndole a Mohamed Salah para que anotara el 2-0 parcial.