Los dos gigantes del fútbol español comenzaban a definir un nuevo título en la temporada. Barcelona, que había vencido en la final de la Supercopa y está como líder de LaLiga, visitó a Real Madrid por la ida de las semifinales de la Copa del Rey, buscando acercarse a un nuevo trofeo.
El elenco comandado por Carlo Ancelotti buscaba conseguir un buen resultado en el Estadio Santiago Bernabéu para llegar con mayor confianza al Camp Nou el próximo mes. El ganador del duelo se ganaría el derecho a disputar una nueva estrella ante Osasuna o Athletic Club.
Como en todo clásico, potenciado por tratarse de una semifinal, el clima estaba caliente, tanto dentro del campo, como en las gradas. Un gran caudal de faltas y tempranas amonestaciones en la primera parte marcaron el ritmo del primer tiempo y aquel caos se reflejó en el primer gol.
Es que Franck Kessié aprovechó un pase filtrado para quedar frente a Thibaut Courtois. Aunque el remate del marfileño no fue efectivo, el rebote que salió desde las piernas del arquero belga fue directo a las de Éder Militão y la pelota viajó hacia el fondo de la red para completar la desafortunada jugada y concretar el primer festejo de Barcelona en el partido.