La violencia dejó marcada a la Copa Sudamericana 2025 para siempre. Pasarán los años y se recordará la barbarie vivid en Avellaneda en el duelo de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y la Universidad de Chile. El conflicto comenzó por un pésimo operativo de seguridad que permitió que los hinchas chilenos –ubicados sin protección en la Pavoni Alta- agredan a los de Rojo que estaban en la Pavoni Baja. Luego la barra del equipo local ingresó a la tribuna visitante y se vivió el horror: desnudaron hinchas, los humillaron, los golpearon y hasta hubo uno que cayó desde la tribuna a un techo, que afortunadamente sobrevivió.
Luego de varios días desde el escándalo, la Conmebol decidió que Independiente sea eliminado de la competición y que la Universidad de Chile avance a los cuartos de final. Pero ambos recibieron castigos económicos y también una sanción para sus hinchas: no podrán concurrir durante siete partidos como local y siete como visitante. Quien también estuvo pendiente del fallo fue Alianza Lima, equipo que ya tenía su lugar en cuartos y esperaba saber qué decisión iba a tomar la casa madre del fútbol sudamericano para saber si avanzaba directamente a semifinales o debía jugar los cuartos, lo que finalmente sucedió.
Repudiable accionar de los barras de Alianza Lima
El pasado jueves, en Perú, Alianza Lima recibió a la Universidad de Chile por la ida de los cuartos de final de la Copa Sudamericana. El partido terminó 0 a 0 y todo se definirá en Santiago de Chile, pero lo más destacado de la jornada fueron los pasacalles que la barra del elenco peruano –Comando Svr- le dedicó tanto a la barra de la U –Los de Abajo- como también a la Conmebol.
Fueron varias las pancartas dedicadas a los chilenos, entre las que se destacaban las que decían: “Conmebol hijos de perra, nosotros también queríamos pegarles” o “La perra de Sudamérica, eres la vergüenza internacional, diste la cola para clasificar”, aunque también hubo otros con mensajes e imágenes irreproducibles. Se puede entender el folclore del fútbol, las rivalidades históricas, pero cuando la violencia se hace presente ya no tiene sentido, porque después se ven escenas crueles con las que se vieron en Avellaneda el pasado 20 de agosto.
