Cuando desde las redes sociales de Platense oficializaron la contratación de Mauro Zárate, inmediatamente, los hinchas de Vélez -y de todo el fútbol argentino- corrieron para observar el fixture y confirmar cuándo iba a darse el encuentro en Liniers.
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El morbo de los hinchas es total. Después de que el atacante se marchara a Boca, rompió por completo su relación con los simpatizantes del Fortín. Y no era para menos, ya que el menor de los hermanos Zárate siempre sostuvo que no se iría del elenco de Liniers. Pero a las palabras se las llevó el viento.
Desde el momento en que el ex Lazio e Inter de Milán bajó del micro, los presentes en el estadio José Amalfitani se enfocaron en silbarlo y reprocharlo, ya que aún guardan un enorme rencor por cómo se dio su salida. Y todo estalló cuando salió al terreno de juego para la entrada en calor: una nueva lluvia de silbidos, que se magnificaron con insultos, se hicieron escuchar.
