A Tyson Fury cada vez le pesa más el retraso de las negociaciones para una unificación de títulos mundiales de la división de peso pesado ante Anthony Joshua. Claro que esto no le sucedería si no se hubiese liberado del compromiso de enfrentar a Deontay Wilder en diciembre del año pasado. Pero lo cierto es que no pelea desde febrero de 2020 y eso supone todo un riesgo para él y su cinturón del Consejo Mundial de Boxeo.

Pese a estar firmado el acuerdo entre las partes para que este año se realicen no una sino dos peleas entre los dos campeones, lo cierto es que las tratativas se han empantanado bastante en las últimas semanas si lo que se quiere es que ese primer combate suceda entre julio y agosto. Actualmente, las dos partes están revisando los contratos para el acuerdo de tarifas del sitio, con presencia de un grupo en Arabia Saudita que ha ofrecido 150 millones de dólares para organizar el evento.

Tyson Fury dejó el Reino Unido y está entrenándose en Las Vegas, ansioso por volver a subir a un cuadrilátero. Y según expresan desde su equipo de trabajo, tal es su deseo de pelear que espera poder hacerlo con o sin Anthony Joshua como rival, en caso de que el asunto continúe dilatándose.

"Está frustrado porque pareciera que las personas más grandes y más poderosas del boxeo no consiguen cerrar el acuerdo por alguna razón", le dijo Andy Lee a Sky Sports. Y agregó: "Tyson podría haber peleado en febrero o marzo. Ha sido retenido por eso cuando lo que le gusta es estar activo".

No habría que descartar, entonces, que El Rey de los Gitanos pudiera hacer un combate de readaptación, como para quitarse el óxido antes de salir a disputar la pelea más importante de su carrera y no correr riesgos subiendo al ring después de tantos meses para enfrentar a Anthony Joshua, quien por cierto solo lleva cuatro meses desde su última pelea.