Novak Djokovic, considerado por muchos como el mejor tenista de la historia, ofreció una de las entrevistas más reveladoras de su carrera. En diálogo con Jay Shetty en su canal de YouTube, el serbio abrió su corazón para hablar de triunfos, derrotas y aspectos íntimos de su vida personal.
Uno de los pasajes más emotivos de la entrevista fue cuando recordó su vínculo con Roger Federer y Rafael Nadal, protagonistas junto a él de la rivalidad más intensa en la historia del tenis.
El punto de inflexión en la carrera de Novak Djokovic
Fue después de ganar su primer Grand Slam en el Abierto de Australia en 2008, cuando Novak Djokovic se encontró con un muro. Durante los siguientes tres años, Roger Federer y Rafael Nadal dominaron el tenis mundial, derrotándolo una y otra vez. El serbio buscó soluciones de forma desesperada: cambió de raqueta y modificó su equipo, pero no fue hasta 2011 que encontró la pieza clave para desbloquear su verdadero potencial.
En sus propias palabras, Djokovic confesó: “Después de ganar mi primer Grand Slam en Australia en 2008, estuve tres años sin ganar ninguno y Nadal y Federer siempre me ganaban en cada partido. Cambié de raqueta, de miembros de equipo, hice de todo para encontrar la fórmula para ganarles”.
El punto de inflexión llegó cuando se dio cuenta de que su bajo rendimiento físico estaba directamente relacionado con una intolerancia al gluten. Al eliminarlo de su alimentación, su cuerpo y mente se transformaron. “En aquella época yo sufría mucho físicamente, fue cuando me di cuenta de que era intolerante al gluten. Y al cambiar mi dieta, me ayudó mentalmente, mi recuperación era mejor y también tomaba mejores decisiones en pista”, explicó.
El año 2011 se convirtió en el punto de inflexión. Fue un momento de cambio radical que lo llevó a una racha de 43 victorias consecutivas. Ese año, no solo ganó tres Grand Slams (Australia, Wimbledon y el US Open), sino que también alcanzó el codiciado puesto de número uno del mundo.
Así, y con ese juego indestructible, Djokovic finalmente superó el dominio de Federer y Nadal, consolidando su lugar como uno de los más grandes de todos los tiempos.
