Más allá de la leyenda que representa Novak Djokovic para el tenis mundial, se esconde una historia de sacrificio y esfuerzo forjada durante una infancia marcada por el sufrimiento en medio de la violenta guerra de los Balcanes. Un conflicto sangriento que fragmentó las repúblicas de la antigua Yugoslavia y que obligó a la familia de ‘Nole’ a enfrentar decisiones difíciles y decisivas.
En varias ocasiones el tenista serbio de 38 años ha recordado aquella dura época en las montañas de la región de Kopaonik, como cuando era un adolescente y tenía que entrenar en una piscina vacía ante la falta de canchas en el club de tenis.
“Mi educación probablemente fue diferente a la de la mayoría de los jugadores de mi generación. En los 90′, cuando tenía cuatro o cinco años, tuvimos un par de guerras. Para muchos torneos juveniles no pude viajar. Eran tiempos de mucha adversidad y muy desafiantes para muchas de las personas de mi país”, reconoció Djokovic en una conferencia de prensa en 2023.
En esa misma ocasión, el ganador de 24 Grand Slams reveló que la guerra no era el único impedimiento, pues su familia tampoco tenía dinero para costear sus sueños. “Mí familia no tenía un buen pasar económico, pero, aún así, mis padres decidieron apoyarme en mi sueño de convertirme en un tenista profesional y, si tenía suerte, ganar Wimbledon y ser el número 1 del mundo”.
“El 95% de las personas se reían de ellos (sus padres) y los desanimaban para que no gasten lo poco que tenían en un deporte tan caro, sobre todo viniendo de un país sin tradición tenística, Era algo extremadamente desafiante y las posibilidades de tener éxito eran muy pequeñas”, confesó.
Los momentos más impactantes en la infancia de Novak Djokovic
En una entrevista a Sony Sports Network hace unos años, Djokovic relató uno de los momentos más duros de su infancia cuando en medio de la guerra iba por ayuda humanitaria. “Cuando era niño en Serbia, cada mañana a las cinco de la madrugada nos tocaba esperar en la cola para coger pan y leche a mi abuelo y a cientos de personas, así que poníamos el pan en la mesa para una familia de 5, 6 miembros para comer cada día. Sé lo que se siente”, reveló.
“Estoy agradecido por todo lo que tengo y con todo con lo que he sido bendecido, y todo lo que Dios me ha dado lo aprecio y lo respeto mucho. Por eso tengo la conciencia que en el mundo hay gente menos afortunada que yo y, a través de mi Fundación, intento ayudar en todo lo posible a la gente. Sé que no es lo suficiente y que puedo dar más, pero siempre lo hago lo mejor que puedo”, agregó.
Pero no es lo único, en una reciente conversación con Jay Shetti en su pódcast de Youtube, el tenista serbio reconoció que “una de las cosas que más me han impactado en mi vida fue cuando a mi familia le dieron diez marcos alemanes y nos dijeron que eso era todo lo que teníamos. Todo lo que vivimos en aquella época tan dura en mi familia es lo que me llevó a que no tuviera éxito como tenista no fuera una opción, es decir, tenía que triunfar. Es un tema existencial y de supervivencia de mi familia”.
