Hay un equipo que conoce los milagros. Las hazañas son su especialidad y los imposibles para él no existen. Es América, el cuadro que volvió a dejar claro por qué es considerado el más grande de México: Se repuso del 2-0 en la Ida ante Morelia y por el mismo marcador se impuso en su cancha para firmar una Final más, en una de sus épocas más gloriosas.

Sus aficionados lo sabían. Aún tras perder el primer partido de la llave, agotaron las entradas para la Vuelta en el Estadio Azteca e hicieron pesar su casa, como lo exige el equipo grande al que apoyan. Confianza. Fe ciega. Sabían que la hazaña era cuestión de tiempo.

Y alentaron sin parar. Un Coloso de Santa Úrsula a reventar y totalmente pintado de amarillo y esperanza se estremeció apenas los protagonistas de esta noche saltaron a la cancha.

Memo Ochoa por delante, con la frente en alto y la seguridad que tanto lo caracteriza. Sus fervientes se le entregaron, le aplaudieron, lo ovacionaron.

Las murgas y las trompetas hacían una fiesta en las tribunas, mientras las banderas ondeaban orgullosas y el "Vamos América" estremecía el templo azulcrema, en el que esta noche, todos los presentes estaban seguros, se sellaba otro capítulo histórico.

Y así fue. Los goles llegaron. Primero fue Renato Ibarra al 36' y el Azteca estalló. 63, 273 almas unidas al grito del gol. Y antes de que finalizara el primer tiempo, Federico Viñas firmaba lo que todos sabían que ocurriría: el 2-0 que le daba a las Águilas el pase a la Final.

Pero sin dramatismo y un rival más que digno, lo heroico deja de serlo. Por ello, el Estadio Azteca enmudeció cuando José Enrique Ortíz venció a Memo Ochoa para estremecer las redes. Este gol obligaba al cuadro local a anotar dos tantos más, sin embargo, el VAR hizo valer la justicia y por una mano se anuló el gol y el silencio. El Azteca volvió a retumbar, cada vez más fuerte y cada vez más cerca de la meta.

Los celulares encendidos, la fe iluminando la cancha, los corazones latiendo con intensidad. Y en la cancha, 11 guerreros que volvieron a darlo todo. En las tribunas: los fervientes que lo merecen todo.

El silbatazo final hizo volar las ilusiones: Voló el ave hacia una Final mas, la del Apertura 2019, en la que enfrentará a Rayados en busca de la anhelada estrella número 14, la que lo aleja de todos, de lo posible y lo imposible en el futbol mexicano. Porque si hay un equipo que sabe de milagros y conoce muy bien lo que es la gloria, ese es América.