Entre miércoles y jueves, la Copa de Brasil continuó con sus enfrentamientos de vuelta de octavos de final. Los equipos más importantes de aquel país chocaban con varios duelos atractivos por los 8 cupos para la siguiente instancia.

El miércoles, clubes de la talla de Palmeiras, Gremio, Athletico Paranaense y Corinthians abrocharon sus clasificaciones, pero aún faltaba el plato fuerte. Es que Flamengo y Fluminense chocaban nuevamente en el Estadio Maracaná para definir quién se quedaba con el boleto.

En el encuentro de ida, el empate sin goles dejó toda la emoción para la vuelta y el ambiente acompañó ese sentimiento. Al momento de ingreso de los equipos al mítico escenario, los fanáticos del Mengão desplegaron un impresionante recibimiento.

El Maracaná se tiñó de rojo y negro, con telas sobre sus miles de hinchas, que también portaban bengalas intermitentes. Los planteles pisaron el césped tras un manto de humo con los colores del último campeón de la Copa Libertadores en un ambiente que describía a la perfección lo que había en juego en el clásico.