En 1988, apegado a su labor periodística, José Ramón Fernández impulsó una investigación de Antonio Moreno sobre cuatro futbolistas mexicanos que sobrepasaban la edad en una selección juvenil. Ese escándalo de los Cachirules devino en un ejemplar castigo para el futbol mexicano.

Debido a esa trampa en la documentación de los jugadores Aurelio Rivera, José de la Fuente, José Luis Mata yGerardo Jiménez, la FIFA sancionó a las selecciones mexicanas durante dos años sin asistir a competencias; eso significó perderse los Juegos Olímpicos Seúl 1988 y el Mundial Italia 1990.

La opinión pública se tornó en contra de José Ramón Fernández y su equipo de periodistas de Imevisión a los que se les acusó de haber dejado a México fuera del Mundial. En paralelo, sus dos hijos, Juan Pablo y José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo,que eran estudiantes, sufrieron también de rechazo.

La queja de Hugo Sánchez

“Recuerdo queHugo Sánchezdecía que México no había ido al Mundial por culpa del malinchista deJosé Ramón FernándezyToño Moreno”, rememoró Juan Pablo, el hijo menor de José Ramón Fernández, en una entrevista con Antonio de Valdés transmitida por Youtube.

El castigo de FIFA fue ejemplar.

Fue una época difícil para los dos hijos de José Ramón Fernández. “A mí en la primaria me decían: ‘no fuimos alMundialpor culpa de tu papá'”, detalló Juan Pablo y agregó que”te ganabas enemigos e insultos. No me quedaba de otra que hacerme güey, hasta en secundaria y preparatoria lo sufrimos”.

“A mi hermano también le tocó, incluso a él un profesor le decía: ‘Está presente el señor Juan Dosal‘, así lo jodía el profesor y así nos pasaron muchas”, apuntó Juan Pablo. Por cierto, para la cobertura del Mundial de 1990, José Ramón Fernández y Carlos Albert no recibieron acreditaciones en represalia.