El duelo de pesos pesados entre el cubano Frank Sánchez y el dominicano Nagy Aguilera prometía gran explosividad en el AT&T Stadium de Arlington, en la previa del combate estelar entre Saúl El Canelo Álvarez y Billy Joe Saunders para unificar títulos mundiales en la división de peso súper mediano.

El cubano, que llegaba invicto en 17 combates y que forma parte del Canelo Team, dominó desde el inicio de la pelea al dominicano, quien realizaba su segunda pelea tras tres años de inactividad por diversas lesiones y que en noviembre de 2020 había regresado con triunfo por decisión unánime anteTerrell Jamal Woods.

Ya en el segundo asalto se vivió una acción polémica, cuando Aguilera amagó con hacer una protesta al árbitro y en ese momento recibió dos golpes certeros de Sánchez que lo hicieron tambalear. Pareció que después de esa desatención el dominicano se metía en la pelea, porque salió a buscar a su rival, pero el cubano lo desactivó con buenos golpes.

Llegado el sexto asalto, con Sánchez como dominador, Aguilera se haría merecedor no de un Oscar pero sí del premio al papelón de la noche. Para acusar un golpe antirreglamentario de su rival, simuló un daño excesivo y se desplomó en la lona, para luego levantarse y volverse a desplomar.

El abucheo de los fanáticos presentes fue la clara prueba de que nadie creyó su actuación, pero el árbitro tomó la decisión de frenar la pelea y llamar a las tarjetas por adelantado, en una decisión que terminó dando por ganador a Frank Sánchez de forma unánime.