Tantas veces hemos leído ya la fortuna que se embolsa Saúl El Canelo Álvarez cada vez que se sube al cuadrilátero que eso mismo podría llevar a una conclusión equivocada en relación a cuánto dinero puede llegar a ganar un boxeador en México. Y si nada es comparable con el multicampeón tapatío precisamente tiene que ver con que este es considerado el mejor peleador libra por libra del mundo, además de uno de los más taquilleros pelee en el país que pelee.

Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta a la hora de hablar de los ingresos de los boxeadores es que, a diferencia de la amplia mayoría de los deportistas profesionales, no tienen un salario sino que sus ganancias van a variar de acuerdo al contrato que firme para cada pelea y el mismo va a ofrecer montos que pueden ser diferentes teniendo en cuenta quién será su contrincante, si es o no una pelea de campeonato, la promotora con la que firme e incluso el país o la sede en la que pelee.

Así las cosas, los boxeadores pueden pasar prolongados periodos de tiempo sin ganar dinero por su actividad en específico, aunque sí pueden llegar a obtener ganancias de patrocinios u otros acuerdos comerciales de los que puedan ser parte. Y cuando sí pelea, otro factor de ingresos importantes puede obtenerse de los derechos televisivos por la transmisión de sus peleas. Aunque en este caso, claro, no todos corren con la misma fortuna.

¿Cuánto gana un boxeador en comparación con Canelo Álvarez?

El mínimo de 200 dólares por pelea que puede percibir un profesional, entonces, dista muchísimo de los 35 millones de dólares que se llevó Canelo Álvarez por enfrentar a fines de 2019 a Sergey Kovalev. Entre una cifra y la otra, cualquier suma de dinero puede arreglarse y allí radica el mejor ejemplo de lo difícil que se hace generalizar las ganancias de un boxeador en México y en cualquier parte.

Un último aspecto a aclarar tiene que ver con los boxeadores amateurs, rango que de por sí da el inidico de que no deberían ganar dinero por su actividad deportiva. Sin embargo, no quiere decir que muchos de los mejores pugilistas de esta índole, especialmente los que compiten en Mundiales y Juegos Olímpicos, no tengan ingresos de sponsoreo y de becas gubernamentales que varían mucho en cada país.