Muchos de los mexicanos que han militado en el futbol europeo han dejado un buen sabor de boca en las ligas del Viejo Continente, pese a ello el arribo a este nuevo balompié no ha sido nada sencillo para algunos futbolistas, tal es el caso del medallista de oro de Londres 2012, Carlos Salcido.

El ex futbolista de las Chivas de Guadalajara reveló que pasó momentos muy complicados tras fichar con el PSV de la Liga Eredivisie, equipo con el que no fue fácil adaptarse, pues no llegaba tan preparado físicamente como él creía, pero fue una oferta que aceptó pues era la más viable para él para jugar en el extranjero en ese momento.

“Nunca me he sabido hacer ni un huevo, dependía por completo de mi señora. Si ella no me da de comer, soy de esos que se malpasa. Empecé a ir a estos lugares de las hamburguesas. Me comía tres, cuatro y dizque lleno, los primeros días aguantas. Me desmayé en un entrenamiento y ahí solté la sopa, no me estoy alimentando bien, los entrenamientos son fuertes, estamos en pretemporada, y es ahí cuando el club sabe”.

Tan difícil estaba siendo estar en un país extraño, que Salcido reveló que fue gracias al peruano Jefferson Farfán, que consiguiera tener una larga estancia en el PSV, pues llegó hasta a llorar por extrañar a los suyos: “Una noche estaba hablando con mi señora desde mi hotel de Holanda, yo estaba llorando que me quería regresar y mi señora diciendo ‘no cabrón, es su meta, su sueño, nada es fácil, ya pronto estaremos allá’. Colgando el teléfono, yo estoy desesperado y llega Farfán y me dice ‘cabrón, vámonos a cenar, conozco un restaurante español. La Foquita fue mi ángel de la guarda en ese entonces”.