A punto estuvo el seleccionado mexicano de ser víctima de una gran injusticia en las semifinales de los Juegos Olímpicos de Tokio ante Brasil. A los 27 minutos del primer tiempo, el árbitro sancionó un penal inexistente por una supuesta infracción de José Esquivel sobre Douglas Luiz.

Mientras Memo Ochoa pedía explicaciones y el cuerpo técnico brasileño celebraba una posibilidad inmejorable de abrir el marcador, justo cuando Richarlison tomaba la pelota para hacerse cargo de la ejecución, desde el VAR llamaron al colegiado para revisar la jugada.

En la revisión, el árbitro Georgi Kabakov no tardó en notar que Douglas Luiz se tiró un clavadazo al mejor estilo de las ganadoras de la medalla de bronce para México Gabriela Agundez y Alejandra Orozco, por lo que terminó revirtiendo su decisión original y dando continuidad al juego con una salida desde el fondo de la que se encargó Memo Ochoa.

Precisamente el portero mexicano fue una de las grandes figuras de una primera mitad en la que Brasil tuvo la posesión del balón y generó peligro en reiteradas oportunidades, topándose siempre con la figura del portero que tuvo buenas atajadas ante Arana y Dani Alves.

Sin embargo, sería El Tri el equipo que se iría al complemento quedándose con la sensación de poder haber abierto el marcador, porque en el primer minuto de adición tuvo una ocasión clarísima Antuna, que había superado la posición del portero Santos con su remate, pero se encontró con la humanidad de Diego Carlos que rechazó al corner.