Desde Estados Unidos 1994 hasta Rusia 2018, México se instaló en Octavos de final dentro de las Copas del Mundo. Ha evitado el fracaso de ser eliminado en fase de grupos, pero tampoco ha trascendido para ubicarse entre los ocho mejores. En otras palabras, se ha afincado en una zona de confort. Pero, ¿por qué? ¿No está al nivel de otras selecciones? ¿La mentalidad no es triunfadora? ¿Qué pasa?
Luego de siete Mundiales consecutivos clasificándose a Octavos de final para quedarse ahí, el Tri ha propiciado la construcción de una narrativa social que confunde la esperanza con el conformismo, o viceversa. Se trata del mentado objetivo llamado “el quinto partido”. Es el tope, el parámetro al que se puede aspirar. En caso de no lograrlo, no pasa nada, siempre y cuando se supere la primera fase. ¿Acaso no es posible establecer como meta unas semifinales o una final tras haber sido campeón mundial en categorías juveniles y campeón olímpico?
Para hallar respuestas es necesario hacerse más preguntas. Por ejemplo, ¿cambia la mentalidad de un futbolista juvenil en cuanto se consolida como profesional de Primera División? También se debe atender el tema de conjuntar a jugadores que se desempeñan en el extranjero con los que se mantienen en la liga local. A eso se suma el perfil de los entrenadores que han transitado en el sueño mundialista.
“Es más complejo de lo que pensamos. Entrevistamos a exfutbolistas, entrenadores, gente del futbol, psicólogos, periodistas. Sin duda, los testimonios más importantes son de aquellos mundialistas que ayudan a comprender qué sucede en cuanto se saben en Octavos de final, principalmente después de haber jugado en primera ronda contra selecciones candidatas a levantar la copa”, comenta Fernando Kalife sobre lo que el público encontrará en México, campeón del mundo.
A nivel personal, el director considera que el futbolista mexicano se siente más cómodo y comunicado con directores técnicos nacionales, no así con extranjeros. En su razonamiento, dicha situación, tiene que ver con el ADN, con la confianza que brinda el aspecto cultural. Lo ejemplifica con los casos de Miguel Mejía Barón, Manuel Lapuente y Javier Aguirre (en su primera etapa).
“A Mejía Barón le tocó una generación que venía presionada tras la tristeza social por el escándalo de ‘los Cachirules’. Superó una fase de grupos contra puras selecciones europeas y peleó el pase a Cuartos en penaltis. A Lapuente le tocó una selección con mucho empuje, buen futbol y carácter capaz de pelearle a Holanda. Aguirre agarró el barco en crisis, lo hizo navegar y le plantó a Italia un juego en el que los italianos pedían clemencia. Si repasamos las primeras fases de La Volpe y Osorio, sufrimos más de lo debido”, detalla.
Pero es su interpretación y visión del desglose y desmenuzamiento que hace la docuserie con base en lo comentado por las personalidad que aparecen en ella. Amparándose en una de las premisas del cine, que consiste en arrojar más preguntas que certezas, Fernando Kalife confeccionó un trabajo pensado para que sean los espectadores y aficionados saquen conclusiones, construyan sus propias opiniones y emitan sus análisis para entender por qué no se puede ser campeón mundial con la Selección mayor y por qué el futbolista mexicano no supera los Octavos de final.
La serie documental consiste de cinco episodios. Se estrenará el 24 de octubre en la plataforma Canela.tv para Estados Unidos.