Vergil Ortiz se encuentra actualmente en una posición incómoda. Con un récord profesional de 17 victorias, todas ellas antes del límite, sin empates ni derrotas, los fanáticos y especialistas le exigen enfrentar a los grandes nombres de la división de peso wélter para demostrar que es la súperestrella que dicen en Golden Boy. El problema es que los grandes nombres se repiten a la hora de esquivarlo.
En busca de una oportunidad de título mundial en tierra de monarcas como Terence Crawford y Errol Spence, considerados entre los 10 mejores peleadores libra por libra de la actualidad, el peleador de 23 años ya le ha apuntado a otros excampeones de las 147 libras, sin obtener respuestas positivas.
El último en bajarle el pulgar a una pelea con Ortiz fue Keith Thurman, quien fue campeón mundial desde 2013, cuando ganó el título interino de la AMB a Diego Cháves, hasta 2019, cuando perdió el cinturón a manos del legendario Manny Pacquiao, que lo derrotó en fallo dividido.
“Puse mis ojos enfocados en las peleas más importantes en 147, diría que tiene que subir un poco más la escalera, pero solo porque me está persiguiendo.No voy a disparar tras él. Tengo los cañones de mis armas apuntando a diferentes objetivos, principalmente campeones del mundo, porque quiero volver al estado de campeón del mundo. Me alegro de que tenga el fuego, la pasión y el valor para llamarme”, expresó en diálogo conFighthype.
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Vergil Ortiz viene de derrotar al excampeón mundial de peso súper ligero Maurice Hooker por nocaut en el séptimo asalto, en el que posiblemente haya sido el combate más riesgoso de su carrera. Y el propio Thurman le reconoció condiciones para sentarse a la mesa de los grandes 147 libras:“Definitivamente muestra potencial, suelta las manos. Parece que es un golpeador poderoso, parece que puede lastimar”, aseguró.
