Alan Mozo es una de las figuras de los Pumas de la UNAM que con Andrés Lillini como entrenador han accedido a la final de la Liga de Campeones de Concacaf, donde enfrentarán a Seattle Sounders, y se encuentran en la séptima posición del Clausura 2022 de la Liga MX; lo que los mantiene con expectativas de pelear por el título en ambos frentes.

Es, además, considerado como el mejor lateral derecho que puede verse en el futbol mexicano, tanto en opinión de los especialistas como por los datos que arrojan sus estadísticas. Pero a la hora de pelear por un lugar en la convocatoria de Gerardo Martino para el Mundial de Qatar, le toca correr desde atrás.

Es curioso, porque Alan Mozo registra muy buen promedio cuando se analizan los centros que manda al área por partido, los tiros a puerta, las asistencias y los regates. Estadísticas superadoras de las que marcan otros futbolistas con los que comparte posición y que sí han sido llamados a la Selección Mexicana, como Luis Rodríguez, Jorge Sánchez, Julio César Domínguez, Julián Araujo y Kevin Álvarez.

En el caso del futbolista de 25 años, que ayer fue titular en la victoria de Pumas 2-0 sobre Monterrey, Martino ha tomado una postura similar a la que ha tomado con Javier Chicharito Hernández, entendiendo que son situaciuones extrafutbolísticas las que lo alejan del Tri. Todavía le acusan recibo, por ejemplo, del inconveniente que tuvo en el Preolímpico con Jaime Lozano. 

La falencia de Mozo que no marcan las estadísticas

Si se piensa únicamente en el plano deportivo, también podría encontrarse una razón a la ausencia de Alan Mozo en las convocatorias de Martino. Queda claro que las buenas estadísticas del jugador de Pumas están en su mayoría relacionadas al juego de ataque, a los momentos circunstanciales en los que es su equipo el que tiene la posesión del balón. ¿Pero cómo se desempeña sin el balón? El propio Andrés Lillini, entrenador de los Universitarios, ha deslizado más de una vez que si por una razón Mozo no está en el futbol europeo todavía es porque tiene algunas desatenciones a la hora de defender. Allí podría radicar un fundamento pura y exclusivamente futbolístico para que Martino no lo convoque.