En una revelación que ha sacudido el panorama futbolístico nacional, el periodista Jampool Cuadros de América Televisión informó sobre un cambio de estrategia sin precedentes por parte de la Federación Peruana de Fútbol. Durante la transmisión del encuentro amistoso entre el combinado de la SAFAP y la selección de Bolivia en Chincha, se dio a conocer que la intención del ente rector es descentralizar la localía de la “Bicolor” de cara a las Eliminatorias rumbo al Mundial 2030, utilizando tres sedes estratégicas: Lima, Cusco y Puno.

Sedes sorpresivas para la Selección Peruana

Esta decisión representa una sorpresa total para la hinchada y los medios especializados, ya que rompe con la tradición histórica de disputar la totalidad de los procesos clasificatorios en el llano de la capital. El plan maestro de la FPF busca aprovechar la diversidad geográfica del Perú para convertir la altitud en un aliado táctico fundamental. De esta manera, el equipo nacional no solo contaría con el Estadio Nacional de Lima, sino que sumaría las condiciones extremas de las regiones andinas para recibir a los rivales más complicados de la CONMEBOL.

La gran novedad de este anuncio es la inclusión de Puno como sede oficial. Situada a más de 3,800 metros sobre el nivel del mar, la ciudad altiplánica ofrece un escenario de exigencia física máxima que pocos equipos en el mundo pueden resistir sin una preparación especial. El estadio Guillermo Briceño Rosamedina de Juliaca aparece en el horizonte como la sede elegida para albergar partidos de alto voltaje, buscando emular el éxito que otras selecciones han tenido al jugar en condiciones de gran altitud.

¿Por qué Perú iría a jugar en ciudades de altura?

Por su parte, Cusco se reafirma como la segunda opción de altura en este ambicioso plan. El Estadio Inca Garcilaso de la Vega, ubicado a unos 3,400 metros de altitud, ya ha sido escenario de gestas internacionales a nivel de clubes y ahora se perfila para recibir partidos de eliminatorias. La “Ciudad Imperial” cuenta con una infraestructura hotelera y logística más desarrollada que Puno, lo que facilitaría la organización de encuentros contra potencias continentales que requieren estándares específicos de seguridad y comodidad.

Así se ve el Estadio Nacional de Peru donde juega La Bicolor. (Photo by Leonardo Fernandez/Getty Images)

El objetivo principal de esta rotación de sedes es recibir en la altura a selecciones de la talla de Brasil, Argentina y Colombia. Históricamente, estos equipos han mostrado serias dificultades para mantener su ritmo de juego habitual en ciudades con poco oxígeno, lo que otorgaría a Perú una ventaja competitiva clave. Al llevar a los “pesos pesados” a Puno o Cusco, la selección peruana pretende asegurar puntos vitales en casa que, en procesos anteriores, resultaron esquivos jugando exclusivamente en Lima.

Movimiento arriesgado de la Selección Peruana

Finalmente, este cambio radical obligará a la FPF a diseñar una logística meticulosa para que los propios jugadores peruanos, muchos de los cuales militan en ligas del extranjero a nivel del mar, logren una aclimatación adecuada. La noticia ha generado un intenso debate entre quienes ven en la altura una herramienta legítima para clasificar al Mundial 2030 y aquellos que temen que la medida también pueda afectar el rendimiento de los dirigidos por el comando técnico nacional.

DATOS CLAVE

  • El periodista Jampool Cuadros informó que la FPF descentralizará la localía para las Eliminatorias 2030.
  • Las tres sedes estratégicas elegidas para recibir a los rivales son Lima, Cusco y Puno.
  • El estadio Guillermo Briceño Rosamedina de Juliaca se perfila como sede a 3,800 metros de altitud.