La Federación Peruana de Fútbol ha generado considerable debate y sorpresa al declinar una propuesta de partido amistoso con la selección de Bonaire. Esta decisión, revelada por el periodista Gian Franco Zelaya en Twitter, ha puesto en el ojo de la tormenta a la FPF, especialmente en un momento crítico para el fútbol peruano. Bonaire, aunque es miembro de la CONCACAF y la Unión Caribeña de Fútbol, no está afiliada a la FIFA, un detalle que podría haber influido en la postura de la federación peruana.
Selección Peruana rechazó jugar un amistoso
Según los detalles proporcionados por Zelaya, Bonaire se puso en contacto con la FPF con la intención de organizar un encuentro amistoso en Lima durante la próxima fecha FIFA de octubre. A pesar de un aparente interés inicial, la FPF optó por rechazar la oferta, expresando su agradecimiento pero declinando la continuidad del proyecto. Este rechazo adquiere una relevancia particular en el contexto actual de la Selección Peruana.
Tras la reciente salida de Jorge Fossati y la inminente búsqueda de un nuevo estratega, el equipo se encuentra inmerso en un proceso de “renovación”. En este escenario, un partido contra un rival como Bonaire, con un perfil menos exigente y sin la presión mediática que acompaña a los equipos de élite, habría representado una oportunidad invaluable. El cuerpo técnico entrante habría podido probar nuevas alineaciones, evaluar el rendimiento de jugadores emergentes y ensayar esquemas tácticos en un ambiente controlado y con la ventaja de jugar en casa.
Selección Peruana todavía puede elegir rivales
La ausencia de la presión de un resultado ante un oponente de alto calibre habría permitido una experimentación más libre y un análisis más profundo de las capacidades de los futbolistas. La situación de la FPF contrasta marcadamente con la de otras selecciones de la CONMEBOL. Potencias como Brasil, Argentina y Ecuador ya han consolidado agendas internacionales con múltiples amistosos confirmados para la fecha FIFA de octubre. En cambio, la FPF solo ha logrado concretar un único encuentro programado contra Chile.
La decisión de no incluir a Bonaire en la agenda reduce drásticamente las oportunidades para que la ‘Blanquirroja’ gane rodaje y para que el nuevo comando técnico evalúe y consolide al equipo en esta crucial etapa de transición. Esta limitación en el número de partidos amistosos podría tener implicaciones significativas para la cohesión y el desarrollo táctico del equipo en los próximos meses, especialmente de cara a futuros compromisos competitivos. Fuentes cercanas al comunicador Zelaya han expresado que esta situación contrasta con la necesidad imperante de la selección de adquirir mayor rodaje y experiencia en el campo.
