Más allá de no estar considerado entre los grandes cracks de la actualidad argentina, Franco Di Santo se hizo lugar en el fútbol alemán a fuerza de goles. Un presente que no imaginaron en su club de origen cuando lo cambiaron por doce pelotas.
La transacción que terminó con del delantero mendocino en Audax Italiano de Chile no es propia de tiempos en que el fútbol se ha vuelto un negocio multimillonario. Lo que hace 70 años podría haberse considerado un cambio habitual, cuesta entenderlo en 2006 y más aún a la luz de los resultados.
La explosión de Di Santo se produjo en la temporada 2014/15, en la que convirtió 13 goles en sus 26 presentaciones con el Werder Bremen.
Por aquel entonces, Tiro Suizo de Rosario le entregó al equipo chileno a Franco Di Santo, de apenas 16 años, a cambio de 12 balones, un par de redes para los arcos y 40 litros de pintura. Apenas dos años en Chile le bastaron para convertir 16 goles cuando todavía no estaba ni cerca de soplar veinte velitas, situación que provocó en su club de origen la sensación de que se había cometido un error.
En 2007 le llegó la oportunidad de jugar nada menos que en Chelsea, donde debutó con gol en el equipo de reservas. La poderosa plantilla con que contaban los Blues lo privó de siquiera pensar en tener continuidad, pero se dio el gusto de debutar en Premier Leagueen agosto de 2008, reemplazando a Nicolas Anelka ante Tottenham y completando un total de 14 presentaciones con el actual campeón inglés. De allí paso por Wigan, primero, y Blackburn, después, pero su verdadera explosión se produjo en el fútbol alemán.
En 2013 recaló en Werder Bremen y tras una temporada en que le costó la adaptación a la Bundesliga, terminó convirtiendo 13 goles en las 26 apariciones que sumó en la temporada 2014/15. Esa explosión llevó a que Schalke 04 se decidiera a pagar una cláusula de rescisión de 6 millones de euros, que le había quedado chica a la actualidad del delantero. Recién comenzada su nueva aventura, el argentino debutó con gol en la presente Bundesliga y fue muy elogiado por el cuerpo técnico. A miles de kilómetros de distancia, no quedó ni el rastro de aquellas doce pelotas que le dieron inicio a la revolución Di Santo.
+Una prueba de talento
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