Le ganó a su eterno rival, con su público, en su casa, en el Duco. La gente y los jugadores lo bancan fuerte, pero los números hablan por sí solos. Por eso, la dirigencia analiza su futuro en el banco del primer equipo de Huracán.


Le dedicó su vida al Globo y todo fue pasando como en una película, con bajones y buenos momentos, siempre para bien, con el alma de hincha y el espíritu de fanático. Se dedicó a las inferiores y sí se hizo querer. En 2014 subió al Globo a primera, luego salió campeón de la Copa Argentina y, después de 41 años ausente en torneos internacionales, lo colocó en la escena. 


Después del desarrollo viene el clímax y el domingo Apuzzo se lució ante 30.000 personas, ganó su primer clásico. Con su juego, dando vuelta su prioridad de jugar defensivo, salió a ganar el clásico contra San Lorenzo, aprovechó lo golpeado que venía el Ciclón y abrumó. Ya le agarró la mano al equipo y, con sólo un mes como entrenador interino, confió en lo que tiene y fue a buscar su revancha después de nueve ciclos en el club de sus amores. Que bien que te salió Néstor. Lejos de la platea, del ruido en los pasillos del vestuario durante el partido, mantuvo a los chicos concentrados y ganó. 


Por todo este cariño, por ser un hincha más, por pensar siempre en el equipo, en su gente, se merece el hit de Parque Patricios, ese que dice: "se viene la etapa de Apuzzo...".