Para la delegación argentina fueron unos Juegos olímpicos históricos, por cercanía, color, logros deportivos y emociones fuertes. ¡Acá el repaso!

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Las alegrías comenzaron a llegar desde el primer día de competencia, cuando Paula Pareto se quedó con la medalla de oro en judo, en su categoría de 48 kilos, superando el bronce conseguido en Beijing y garantizándole ser la portadora de la bandera argentina en el desfile de clausura.

Que el propio Juan Martín del Potro haya dicho que en Río vivió la mejor semana de su vida no es nada caprichoso, porque allí se dio cuenta que pese a la lesión que durante tres años lo marginó de la élite del circuito ATP, todavía puede dar batalla para los gigantes. Ganó la medalla de plata, pero también fue él quien dijo que vale oro.

¡Que tristeza el adiós de Manu! Pero sabíamos que éstos Juegos Olímpicos representaban el último torneo de Ginóbili con la Selección Argentina y, junto a él, del extraordinario Andrés Nocioni. No pudo ser con medalla, porque el destino quiso que el cruce de cuartos de final fuese ante el imbatible seleccionado estadounidense, pero el calor de la despedida que le dieron a los cracks argentinos fue una caricia al alma.

Emocionante, también, fue ver a Santiago Lange celebrar su medalla de oro después de tanta insistencia y de ganar la batalla más importante de su vida contra un cáncer de pulmón. Él, que la viene peleando desde Seúl 1988, consiguió junto a Cecilia Carranza llevar a lo más alto al yachting argentino. ¡Y pudo compartirlo con sus hijos, quienes también dijeron presente en Río!

A falta de Leonas, el equipo masculino de hockey sobre césped rugió más fuerte que nunca para quedarse con una medalla dorada histórica en una final vibrante ante Bélgica. De Retegui para abajo, Los Leones mostraron que cuando el esfuerzo no se negocia los resultados son enormes.

Federico Bruno no fue a Río en busca de una medalla, ni siquiera de un diploma olímpico. Su único deseo era comenzar y terminar la maratón. Pero cuando le restaban 7 kilómetros para completar la emblemática prueba, una lesión le impidió seguir corriendo, aunque no cumplir con su objetivo porque llegó dando saltos ante la ovación de todos los espectadores.

¡Así son los argentinos, que abrieron y cerraron los Juegos Olímpicos con emociones fuertes!

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