El jugador del Inter relató su historia de vida antes de volverse profesional y confesó que el fútbol lo salvó de la violencia y el delito.

La impactante confesión de Felipe Melo en una entrevista con la cadena de televisión italiana Sky Sport abrió al viejo continente una cruda realidad que no es ajena casi a ningún país latinoamericano y que en Brasil, particularmente, es objeto, además, de una fuerte estigmatización.

Si no hubiera sido futbolista, habría sido un asesino. Vivía en una de las favelas más peligrosas y allí había drogas y armas. Dejé aquella vida para perseguir mi sueño. A veces iba al entrenamiento y a la vuelta alguno de mis amigos había muerto. Tenía que decir sí al fútbol o a una mala vida. Y le dije que sí al fútbol y a una vida diferente“, relató el jugador de Inter de Milán.

A veces iba a los entrenamientos y, a mi regreso, uno de mis amigos había muerto

Felipe Melo inició su carrera en Flamengo y arribó a Europa en 2005 para jugar en Mallorca, dando inicio a una larga carrera en el viejo continente que incluyó pasos por Racing de Santander, Almería, Fiorentina, Juventus y Galatasaray hasta su arribo a Inter, donde se convirtió en una pieza clave del equipo de gala de Mancini.

“Cuando me fichó el Flamengo fue difícil, porque al principio tenía que tomar un autobús que tardaba dos horas en llevarme al campo de entrenamiento. Además, tenía que pagarme el transporte. Mi padre, que a menudo hacía doble jornada de trabajo, dejó su empleo y empezó a llevarme a los entrenamientos. A veces le daba un poco de mi desayuno. Cuando tenía diez años, era solo un niño que quería jugar con los amigos y me preguntaba por qué todo era tan difícil. Ahora le doy mucha importancia a esos sacrificios porque me han permitido llegar hasta aquí“, recordó el brasileño.

Además, Felipe destacó la importancia de su esposa en su vida, otro de los pilares que le permitió salir adelante y destacarse como futbolista: “Cuando conocí a mi esposa nació otro Felipe Melo. En Gremio me gastaba siempre todo el sueldo y llevaba una vida extraña. He tenido tres hijos con ella y con mi familia he conquistado todo lo que tengo ahora. Después de Dios, ellos son lo más importante”, concluyó.

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