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Cuando apenas falta la Final Navideña del Apertura 2019 de la Liga MX entre Monterrey y Amérca, vale la pena repasar a aquellos refuerzos que en junio de este año eran señalados como “de jerarquía” por el medio del fútbol mexicano en general pero, en realidad, lejos estuvieron de brindarles un salto de calidad a sus nuevos y acabaron fracasando rotundamente…

Ricardo Centurión: El extremo argentino arribó a Atlético San Luis como un futbolista desequilibrante, picante y atrevido en el mano a mano, pero no jugó casi nunca y se marchó sin pena ni gloria.

Guillermo Pol Fernández: El ofensivo argentino había sido Campeón con Racing, uno de los grandes de su país, aunque nunca se adaptó a la vida en el Distrito Federal y tuvo muy poca participación en La Noria. ¿Habrá revancha para él en Cruz Azul en 2020 o se irá?

Oribe Peralta: Si bien ya estaba en la etapa final de su brillante carrera, el centroatacante pasó de América a Guadalajara en una de las transferencias más polémicas de los últimos tiempos. Lejos de ser uno de los referentes de Chivas, uno de los máximos goleadores mexicanos de los últimos tiempos fue una sombra.

Juan Pablo Vigón: Había sido uno de los más destacados de Atlas en 2018, pero cuando pasó a Pumas todo cambió: si bien jugó varios encuentros, el mediocampista jamás demostró el mismo nivel que en la Academia de Guadalajara.

Oswaldo Alanís: El zaguero retornó desde España al Rebaño Sagrado, donde había sido multicampeón de la mano de Matías Almeyda. No obstante, nunca mostró el rendimiento que lo había llevado al Seleccionado Tricolor y acabó el certamen como suplente con los rojiblancos.