Guerrero se jugó mucho en la final de esta noche. En la previa, dijo que era el año más importante de su vida, entre otros logros, por la campaña del Inter en la Copa de Brasil.

Lamentablemente para él, perdió ese encuentro y no pudo conseguir ganar el torneo nacional. Como en Brasil este año, el Depredador se tuvo que conformar entonces con el subcampeonato.

 

Por esto, al final de encuentro, cuando Atlético Paranaense consiguió el 2-1 en un contragolpe, el Depredador se agarró la cara. Su molestia fue evidente.

Perdió una nueva final en Brasil y las oportunidades se le comienzan a acabar. Por ello, el Pistolero se mostró frustrado y con impotencia. 

Así, Guerrero no pudo ocultar sus sentimientos. Se jugaba cosas importantes y no lo pudo lograr. Felizmente, el fútbol siempre da revanchas y tendrá que esperar paciente la suya.