La situación en Perú expuso la posibilidad concreta de que Conmebol deba cambiar la sede de la Final de la Copa Libertadores 2025, que había fijado para disputarse en el Estadio Monumental de Lima el próximo sábado 29 de noviembre (será entre el ganador de Flamengo vs. Racing y Palmeiras vs. Liga de Quito).

Resulta que el presidente interino de Perú, José Jerí, decretó el estado de emergencia por 30 días tanto en Lima como Callao, como respuesta directa a una alarmante ola de inseguridad ciudadana y el avance del crimen organizado. Este conflicto se desató en un clima de intensa desaprobación pública hacia la clase política, exacerbado tras la destitución de su predecesora, Dina Boluarte, y que incluyó violentas protestas en su contra con saldo de un fallecido.

Frente a este escenario que se despuntó el martes 21 de octubre por la noche, empezaron a circular las primeras versiones respecto a dónde se resolvería la competencia. En primera instancia emergió el Estadio Monumental de Buenos Aires, puesto que fue la sede de la última edición de la Final de la Copa Libertadores, que disputaron Atlético Mineiro y Botafogo a fines del 2024.

Es que la propia Conmebol expuso, en medio del cambio que advirtió hace unas semanas sobre el escenario para la Final de la Copa Sudamericana (apuntaba a desenvolverse en el Estadio Tahuichi Ramón Aguilera, de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, pero como no pasó la inspección, las autoridades decidieron trasladarla a Asunción, Paraguay, en donde se llevó a cabo el año pasado), que ”el protocolo establecido para las finales únicas, dispone que en caso de necesidad de cambio de sede se optará por la ciudad de la edición anterior, que ya cuenta con la infraestructura y la experiencia”.

No obstante, hay otras dos alternativas que en la entidad sudamericana tienen sobre la mesa en caso de tener que inclinarse por mudar la Final de la Copa Libertadores. Una es también Asunción, en donde, como se aclara anteriormente, albergará la definición de la Copa Sudamericana.

En tanto que la otra es el Estadio Mané Garrincha de Brasilia. En medios brasileños circula que Ibaneis Rocha, el gobernador de la ciudad, emitió un comunicado oficial a Conmebol mediante la Confederación Brasileña de Fútbol para ofrecerse como sede para la Final.

El antecedente de Conmebol cambiando la sede de una Final de Copa Libertadores

La implementación de la política de finales únicas de la Copa Libertadores por la Conmebol a partir de 2019 se caracterizó de inmediato por la inestabilidad en las sedes, un antecedente marcado por la insólita final de 2018 entre River y Boca jugada en el Santiago Bernabéu tras incidentes en Buenos Aires (aunque se trató de la última edición con finales a ida y vuelta).

El primer gran revés bajo el nuevo formato se dio en 2019, cuando la final única, inicialmente programada para el Estadio Nacional de Santiago de Chile, debió ser trasladada de urgencia al Estadio Monumental de Lima, Perú, debido a la severa crisis social y las masivas protestas que afectaban la seguridad y el orden público en la capital chilena.