Ernesto Valverde vio lo apático que fue su Barcelona en el primer tiempo y metió cambios en el entretiempo: mandó a la cancha a Arturo Vidal y Malcom.

Los azulgranas fueron con todo a tratar de descontar la diferencia de 2-0. En el inicio del complemento, la más clara fue de Lionel Messi.

El Diez y capitán tiró una pared con Malcom, fue a buscar, gambateó en una baldosa y entre tres sacó un remate imposible.

Le pegó con la cara externa del botín y el remate era imposible Jaume Domènech, a quien lo salvó el palo derecho.

¡Era un golazo!