Mientras en Barcelona despiertan con el adiós de Ronald Koeman y el nombre de Xavi Hernández gana fuerza entre los dirigentes, hay un hombre que cada día duerme más tranquilo. Durante años la figura de Ernesto Valverde fue la más golpeada por la prensa Culé, pero desde su salida nadie ha podido evitar lo que es una auténtica caída libre.

Las dos ligas, Copas y Supercopa ganadas en tres años fueron eclipsadas por incuestionables fracasos europeos como Turín o Anfield, pero la realidad es que nadie ha podido traer la paz que generaba el txurri-urdin en sus jugadores. Valverde se iba en enero de 2020 tras caer en las semifinales de la Supercopa ante Atlético en medio de una cuestionada decisión de Bartomeu que dio vida a una caída libre donde quienes cogieron el mando tuvieron algunos de los peores números del siglo XXI en Cataluña.

Un retroceso de 20 años

Los jugadores le querían, Messi estaba cómodo y el equipo sabía a que jugaba. Valverde tuvo muchos errores sí, pero cada día queda más claro que su despido en ese momento fue un autentico paso atrás en la área deportiva del club. El extremeño se fue con el 66% de los puntos, números muy por encima de los que han llevado desde entonces a Barcelona a este abismo.

Quique Setién fue el elegido y el resultado lo sabemos todos. 0 títulos, 64% de los puntos en apenas 25 partidos y un histórico 2-8 ante Bayern Múnich en Lisboa. Para encontrar números tan bajos en tan poca cantidad de encuentros en Barcelona hay que devolverse hasta el 2003 cuando Radomir Antic era el dueño del banquillo en una temporada donde el equipo terminó en la Europa League.

Vino Koeman y las cosas no cambiaron. Si bien se potenciaron juveniles y se ganó la Copa el Rey, el neerlandés apenas pudo sumar el 58% de las unidades en 67 partidos, devolviendo al Barcelona a unos números que no se veían desde Bobby Robson en 1997. El fantasma de la salida de Valverde, más vivo que nunca en la ciudad condal.