El diario del lunes muestra a un Boca de rodillas tras caer agónicamente contra Vélez (4-3) en las semifinales de la Copa Argentina 2024. En la televisión vuelve a aparecer la clásica declaración de Carlos Bianchi: “Usted puede tener grandes jugadores que no sean inteligentes y no va a lograr cosas”.

Y razón no le falta al Virrey, ya que sus palabras resuenan cada vez que al Xeneize le echan un jugador en un partido mano a mano. Si tomamos las últimas 13 series eliminatorias, en siete hubo una tarjeta roja para los de azul y oro. Pero esto tiene larga data.

El fantasma de la roja en la era Riquelme nació en las semifinales de la Copa Libertadores contra Santos a principios de 2021, cuando Frank Fabra se hizo echar infantilmente por una patada de otra época, cuando no había más de 10 cámaras en cada estadio. Por una desinteligencia, dejó a su equipo con 10 en un partido que terminó en goleada catastrófica.

Curiosamente, la expulsión siguiente fue días más tarde, cuando se disputó la final de la Copa Maradona. Con la ventaja en el marcador, a pocos minutos del final, Emanuel Más se fue a las duchas por doble amarilla y en el cierre llegó el gol agónico de Banfield que forzó la definición por penales. Afortunadamente para Boca, fue campeón.

Este patrón se repitió normalmente en finales, desde la roja a Juan Ramírez en la coronación xeneize contra Talleres por Copa Argentina hasta la lluvia de expulsiones que cayó contra Racing en San Luis por el Trofeo de Campeones 2022 (Villa, Varela, Advíncula, Pulpo González, Zambrano, Fabra y Benedetto).

La final del Trofeo de Campeones 2022 se inundó de rojas.

En este punto es donde inicia la mencionada seguidilla de las últimas 13 llaves, que arrancó en San Pablo cuando Marcos Rojo fue expulsado contra Palmeiras en semifinales de Copa Libertadores. Boca pasó de ronda por penales, llegó a la final contra Fluminense y la cadena no se cortó: Frank Fabra volvió a protagonizar una roja insólita por un cachetazo en un momento clave del encuentro en el Maracaná. El termómetro parecía haber llegado al máximo, pero nada más lejos.

A tres semanas de perder la Libertadores en Río, el club de la Ribera enfrentó a Estudiantes por semis de Copa Argentina y Marcelo Saracchi se hizo echar antes de los 15 minutos del primer tiempo por una patada en caliente cuando el Pincha ya había abierto el marcador en Córdoba. Dos títulos frustrados por reacciones en 2023.

Con esto llegamos al 2024, donde cuatro de las llaves eliminatorias que jugó Boca tuvo una expulsión. Nuevamente contra Estudiantes, esta vez en semis de Copa de la Liga, Cristian Lema se fue al vestuario por una patada a la altura de la cabeza y revivió viejos fantasmas que se repetirían en Copa Sudamericana tanto contra Independiente del Valle (Milton Giménez) como contra Cruzeiro (Advíncula). Es justamente el peruano quien queda señalado en este último tramo por las dos expulsiones recibidas, ambas por no medir ni fuerza ni contexto.

Los casos se repiten, los entrenadores pasan y la solución no aparece. Si esto no cambia, a Boca le esperan más disgustos en los momentos que decidirán su rumbo en próximas temporadas, entre ellos los que ocurran en la misión de volver a ganar un título internacional después de 15 años.