El estreno de Fernando Gago como entrenador de Boca no arrancó con el pie derecho, y con muchísima polémica sufrió el primer gol en contra de su ciclo: el lateral derecho de Tigre, Nehuén Paz, aprovechó para anotar el tanto con el que se rompió la paridad. Pero fue con una enorme polémica debido a una posible mano.
Apenas convirtió el futbolista del Matador, el entrenador nacido en Ciudadela se mostró cabizbajo y con varios signos de preocupación. Pero además se cruzó de brazos y luego se llevó su mano izquierda hacia el mentón, tratando de deliberar qué fue lo que ocurrió. Y cuando el árbitro Fernando Echenique consultó en el VAR si el tanto era válido o no, se sentó en el banco de suplentes con una gran resignación.
Automáticamente, comenzó a dialogar con Fabricio Coloccini, uno de sus asistentes, para encontrar soluciones de cara a lo que restaba del encuentro. Pero al instante se levantó del banco de suplentes, colocó sus manos en los bolsillos y se dirigió hacia la línea de cal para masticar muchísima bronca en completa soledad.
Pintita, a diferencia de lo que fue su ciclo en Racing, gesticuló poco. Estuvo muy atento a lo que fue el proceso del juego y en poder corregir diversos factores que notó a lo largo del primer tiempo, ya que Boca no tuvo una buena actuación.