El nombre de Iker Muniain despierta ilusión en el Mundo River de cara al próximo mercado de pases. El jugador español sueña con ponerse la camiseta del Millonario y, por primera vez, un dirigente del club habló públicamente del tema. Matías Patanian, en diálogo con ESPN, explicó la situación desde el lado de la institución.

Sabemos de su fanatismo por River y que además finaliza su contrato con el Bilbao, pero después hay que evaluar muchas cosas… “, advirtió el vicepresidente del conjunto de Núñez, que quiere ser cauto sabiendo que todavía quedan varias semanas hasta que se abra el mercado.

Y profundizó: “Hay que evaluar si quiere venir a la Argentina, cómo sería su adaptación, y si realmente tiene River la prioridad en ese puesto. Hay que evaluarlo estos meses. No quiero anticiparme a cosas que si no se dan, quedan como un fracaso“.

“Sí sabemos que es muy riverplatense, contó la anécdota de la final de Madrid y la locura que hizo. Y lo otro que sabemos es que se irá del Bilbao, no puedo decir mucho más”, concluyó.

La anécdota de Iker Muniain sobre la final de Madrid

River Plate es un equipo que siempre me ha gustado, sobre todo por la gran hinchada que tiene, siempre alentando al equipo, y la verdad es que le admiro muchísimo. Sigo todos los partidos y le deseo lo mejor“, declaró en 2012 Muniain, quien años después hizo una locura para ver la final de la Libertadores 2018.

“Hostia, traen aquí el partido, tengo que ir a Madrid a verlo. Tengo que estar con mi equipo alentando”, fue lo primero que pensó el jugador del Athletic cuando se enteró que el River-Boca se iba a jugar en el Santiago Bernabéu.

A partir de allí, arrancó la gestión: “Llamé a Omar, una persona de confianza, y le dije que alquiláramos una furgoneta para ir a Madrid. Llegamos y había 50 mil personas de River Plate… No podía ir así con la cara descubierta. Me cogí una peluca, unas gafas, una gorra y una bufanda y salimos a la calle. Fui como un barra brava”.

“Fuimos con los hinchas de River Plate y había un control de seguridad. Entonces, estaba la Policía Nacional esperando. Llego yo con mi peluca, mis gafas, se me queda mirando un policía y pienso que me ha reconocido. Me mira la cara y me dice: ‘Pase, pase’. Cuando llevo 50 metros me doy la vuelta y el policía está mirándome “, concluyó. La historia terminó de la mejor manera para él y todos los riverplatenses.