Fue una de las grandes promesas del fútbol argentino, pero no pudo brillar en River, luego se fue apagando, no se estableció en ningún equipo e inclusive estuvo parado por nueve meses tras su paso por Platense. La carrera de Iván Rossi es digna de ser contada porque representa la realidad que le toca vivir a muchos futbolistas y demuestra que en la profesión no todo es color de rosas.
Se formó en Banfield y allí debutó en Primera División en la temporada 2013-14 de la mano de Matías Almeyda. Para 2016, Marcelo Gallardo consideró que debía reforzar el puesto de volante central y buscarle competencia a un Leonardo Ponzio que estaba establecido. Así fue que llegaron dos promesas, pero ninguno de los dos rindió, se trata de Joaquín Arzura e Iván Rossi.
Luego de dos años en River, Iván Rossi salió del Millonario -elenco en el que obtuvo tres títulos -dos Copa Argentina y una Recopa Sudamericana- y pasó a préstamo a Huracán primero y a Colo Colo después. Para la temporada 2020-21 su carrera dio un giro inesperado y llegó al Sambenedettese de la Serie C de Italia. Luego de una temporada allí pasó a Marítimo de Portugal y un año más tarde arribó al fútbol colombiano para jugar en Junior.
En 2023 jugó en Platense, pero al terminar el año se quedó con el pase en su poder y no consiguió ofertas que lo atraigan, por eso estuvo varios meses parado. Tras nueve meses, en las últimas horas, el Polaco fue presentado como nuevo refuerzo de Juventud Las Piedras de Uruguay, equipo que milita en la Segunda División del país vecino.
Rossi llegó a jugar un torneo con amigos
En mayo de 2024, Rossi le contó a TyC Sports que había tomado la decisión de volver al fútbol amateur: “Trabajo con un profe particular, hago gimnasio y entreno la parte física. Hace un mes me anoté con unos amigos que estaban jugando un torneo de fútbol once. Me sumé más que nada para estar en una cancha, pegarle a la pelota y no solo hacer un entrenamiento físico, que obviamente es importante, pero me hacía falta el contacto con la pelota”.
Además, agregó: “Al principio no le daba bola porque dije: ‘Voy a estar parado en enero, como siempre’. Pero ahora ya lo necesitaba más para lo mental, sentirme un poco jugador en estos cuatro o cinco meses, entrar a una cancha, así que eso me viene bien”.
“Llegué porque juega un amigo, que además, a diferencia del resto que solo van para jugar, se entrena en la semana. Es tipo un intercountry que a mí me viene bien para hacer fútbol, aunque el nivel que hay o la dificultad es menor, no juego al 100 cien por ciento, pero corro un rato y le pego a la pelota”, concluyó el actual volante central de Juventud Las Piedras.