River superó a Nacional de Montevideo en un Monumental repleto por la segunda fecha del Grupo H de la Copa Libertadores y no solamente quedó como único líder de la zona con seis unidades, sino que pasó a Boca en el ranking de la Conmebol y quedó a un pasito de clasificar al Mundial de Clubes 2025.
Fue un partido clásico de Copa Libertadores que tuvo de todo: goles, pierna fuerte, clima hostil entre las hinchadas y también polémicas. La más destacada de la noche se dio a los 26 minutos del segundo tiempo cuando en un ataque de Nacional y luego de un despeje fallido, la pelota da en la mano de Paulo Díaz dentro del área y luego rebota en la de Rodrigo Villagra.
Los jugadores de Nacional pidieron penal de inmediato y una vez que la pelota salió del campo de juego, prácticamente todos los jugadores del elenco uruguayo rodearon a Cristian Garay, el árbitro que mientras sucedía la jugada de la polémica ya tenía claro que no había sido penal. El VAR lo corroboró y coincidió con la decisión del encargado de impartir justicia dentro del campo de juego.
Tanto el árbitro como en el VAR consideraron que ninguna de las dos manos estaban en una posición irregular en la que saque ventaja. Inclusive a Villagra le pega en su mano luego de un rebote en Paulo Díaz, que estaba prácticamente pegado a él.
El análisis del VAR
“No, es un rebote. Escuchame, es un rebote y le pega en la mano e iba saliendo, de compañero a compañero”, dice el árbitro Cristian Garay mientras la jugada sucedía. Por su parte, Juan Lara -el árbitro VAR- pide un plano cercano donde se vea bien la acción y afirma: “Me parece que la mano está en una posición natural. Si bien el balón pega primero en la mano de Paulo Díaz, siempre está en una posición natural y después pega en la mano del otro jugador de River que también está en posición natural. Ambas manos en posición natural, no sancionable. Cristian, todo chequeado, podés reanudar”.