Gane, pierda o empate. Ya sea que lo elogien, lo critiquen o le sean indiferentes. Jorge Almirón está convencido del trabajo que llegó a hacer a Boca y confía en que los resultados podrán verse cuando el equipo más lo necesite, por eso ya se manifestó seguro de que darán pelea en Copa Libertadores, incluso tras aquellos partidos que no dejaron demasiados argumentos para creerle.

Una vez más, como ya es costumbre en su ciclo, La Bombonera sirvió como escenario para lavarse la cara y cambiar la imagen que un par de días atrás el Xeneize había dejado en su visita a Unión de Santa Fe, que terminó con empate sin goles. Gracias al gol de Luis Vázquez, ahora fue triunfo 1-0 ante Huracán. Todavía sin alto vuelo futbolístico, pero sí con algunos detalles que llevan el sello del entrenador que vale destacar, como el tándem que conforman por izquierda Frank Fabra y Valentín Barco.

Finalizado el encuentro, Almirón exteriorizó su manera muy particular de transitar el día a día en Boca. Una misión que no es para cualquiera. “Ningún entrenador está preparado para estar acá, lo va viviendo día a día. Yo lo disfruto muchísimo porque es pensar, tomar decisiones y estar con el grupo; estoy en el mejor momento de mi vida, declaró.

El DT insistió con algunos conceptos que ya había comunicado tras el empate en Santa Fe y que en aquel entonces parecían cargados de un optimismo que no se condecía con la realidad del equipo: “Los jugadores están tratando de sostener una idea y tratamos de hacerlo donde nos toque jugar, aunque a veces no sale tan bien”, señaló.

Y agregó:  Soy consciente del impacto que tiene este club, y estoy feliz de estar aquí. No elegiría otro lugar, ni siquiera en los momentos difíciles, porque son desafíos tanto para mí como para los jugadores. Hay chicos que están casi debutando y lo están haciendo muy bien; cuando uno tiene un traspié o no es tan regular, es un desafío para todos y hay que enderezar el camino para seguir adelante.