Este lunes se abre la jornada sin restricciones cambiarias para las personas físicas después de los anuncios del presidente Javier Milei el viernes pasado y el deporte no es ajeno a esta situación. Es que los principales clubes del fútbol argentino ya sentirán un impacto inmediato.
La medida permitirá a personas físicas comprar moneda extranjera sin límite, mientras que desde el Banco Central analizarán la flotación de la divisa en una ancho de bandas desde los 1.000 a los 1.400 pesos. Cualquier cruce de esos límites, generará su intervención, ya sea para comprar o vender.
En este marco, Boca, River y varios equipos analizan la situación que afecta a sus arcas. Es que las grandes figuras del fútbol nacional tienen sus salarios en dólares pesificados. Es decir que cobran en pesos una cifra acordada en dólares. Por eso, el tipo de cambio es clave para todos.
Hasta el viernes, el dólar oficial rondaba los 1.100 pesos y este lunes, puede llegar hasta los 1.400, como máximo. Si la moneda sube, implicaría que los clubes deban depositarles más pesos a sus futbolistas estrellas para cumplir con el salario acordado. Es decir, si un jugador cobraba un salario pesificado de 100 mil dólares por mes, con el tipo de cambio del viernes pasado, el club debía depositarle 110 millones de pesos. Mientras que, si el dólar salta hasta lo 1.400, ese depósito debería ser de 140 millones de pesos.
Pero eso no es todo. Otra consecuencia estará ligada a la compra y venta de jugadores. El fútbol argentino es un mercado de exportación, como el sudamericano en general. La moneda madre de estas operaciones es el dólar, mientras que los gastos corrientes de los clubes son en pesos.
Es decir que si el dólar sube, los clubes que vendan futbolistas al exterior podrían tener más pesos para solventar sus gastos. Mientras que, por el contrario, tendrán más dificultad para comprar a grandes figuras que exijan sumas millonarias en moneda extranjera.
Aunque, todas estas consecuencias estarán atadas al tipo de cambio que ahora flotará entre dos extremos (1.000 y 1.400) y hasta que no encuentre un punto de apoyo es difícil para los dirigentes prever cómo será el impacto.
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