El cliché que dicta que el talento no lo es todo en el fútbol fue confirmado por una figura de la Selección Chilena. Al menos, eso dejó a entrever uno de sus íntimos amigos: tuvo que esforzarse al 200% para tener una exitosa carrera.

Así lo destacó Fernando Cordero en los micrófonos de Picado TV. El volante de 38 años fue consultado sobre uno de los grandes pares que le ha entregado el fútbol y no dudó en contar su peculiar historia.

¿A quién se refirió? Recordó cómo Guillermo Maripán comenzó su camino en la profesión, específicamente en Universidad Católica. Según relató, al seleccionado chileno le costó más que al resto para llegar al lugar en el que está.

“El 2013, él no tenía ni una chance de jugar, pero ni una. (Guillermo) Maripán, te quiero mucho, pero no le pegas ni al quinto bote a la pelota, amigo. ¿Y sabes qué hacía él? Se quedaba una hora todos los días a pegarle a la pelota“, lanzó.

En dicha línea, el experimentado jugador -actualmente sin club- agregó: “Se quedaban dos o tres (compañeros) y empezaban a pegarle el pase fuerte por entremedio de los defensas“.

Guillermo Maripán no prometía en sus inicios, pero terminó siendo una pieza fija en la Selección Chilena. (Imagen: Photosport)

La desconocida historia de Guillermo Maripán

Tras ello, Chiki Cordero rememoró cómo el futbolista del Torino FC logró ganarse un espacio en aquel plantel en el que compartieron. Lo remarcó: no fue el destino, sino que el esfuerzo de su amigo.

“En un partido amistoso, que se jugó en Perú, fueron los que no venían jugando. Entre ellos, él. El entrenador, no sé si fue (Martín) Lasarte u otro, lo puso de volante central: máquina. Los peruanos quedaron locos“, destapó.

¿Sabes cómo le pusimos? Yaya Puré. Porque era la posición de Yaya Touré, era alto y jugaba parecido. De ahí su carrera fue en ascenso. Y tú dices casualidad… no. Todos los días se quedaba haciendo pesas, remate, pase y cabezazo”, cerró.