El Clásico Nacional y el Joven, disputados con una semana de diferencia, dejaron una polémica en el aire. Antonio Briseño fue sancionado por un patadón a Giovani dos Santos y Miguel Herrera también lo fue por insultar a Marco Antonio Ortíz.

En el marco del duelo entre América y Chivas, el Pollo le entró duro al mediapunta de las Águilas y vio la tarjeta roja en el instante. Días después, la Comisión Disciplinaria definió darle cuatro fechas de inhabilitación.

 

Por su parte, en el encuentro entre el cuadro azulcrema y Cruz Azul, el Piojo fue expulsado por el silbante Marco Antonio Ortíz y al cruzárselo en la zona mixta lo insultó inapropiadamente. Está mal, sí, pero ¿era para tanto? La FMF le dio tres juegos de suspensión.

 

Lo que todos se preguntan es: ¿se midieron con la misma vara dos acciones muy distintas?

El defensor del Rebaño Sagrado mandó al hospital a dos Santos y lo dejará fuera de la práctica profesional por varias semanas. Y para la Comisión Disciplinaria, insultar a un árbitro (con pedido de disculpas posterior) equivale a una sanción similar a la correspondiente por lesionar a un colega.