27 de noviembre de 2014. Una fecha que jamás se borrará de la memoria de los hinchas de River. Porque después de varios meses demostrando por el torneo local lo que podía hacer, Marcelo Gallardo dio su primer gran golpe a nivel internacional eliminando a Boca en semifinales de la Copa Sudamericana, en un partido para el infarto en el Monumental. 

La ida había terminado 0-0 en la Bombonera y al minuto de juego, cuando el balón recién había comenzado a rodar, Ariel Rojas cometió un penal claro que el árbitro no dejó pasar, y fue Emmanuel Gigliotti quien tuvo el coraje para agarrar el balón y hacerse cargo de un tiro desde los 12 pasos que podía significar el gran pase a la final.

Pero frente a él estaba Marcelo Barovero, listo para hacer historia: se tiró sobre su izquierda y levantando el brazo, logró sacar el balón para un costado, generando uno de los gritos de alegría más grandes que alguna vez se hayan escuchado en Núñez. Luego, llegó el tan icónico gol de Leonardo Pisculichi y con eso alcanzó para que el Millonario se meta en la gran definición, para luego ser campeón. 

Es por eso que los fanáticos del conjunto que sigue dirigiendo el Muñeco arrancaron el domingo como locos, viendo a 'Trapito' en el Burgos de la segunda categoría de España: penal para el rival a los 84 minutos, remate cruzado y él, esta vez tirándose sobre su derecha, sacó la pelota de la misma manera que lo supo hacer unos 6 años atrás. Sigue intacto. 

¿Lo mejor de todo? Al instante su equipo anotó el 1-0 final y se metió de lleno en la pelea por subir a la máxima categoría. Locura total.