La derrota de este sábado ante Levante en el Santiago Bernabéu dejó una bomba a punto de explotar en la Casa Blanca, debido a que tanto la prensa como la afición Merengue le piden al presidente la cabeza del entrenador Julen Lopetegui.

Superado por la situación y en conflicto con muchos de sus futbolistas, el exseleccionador español parece tener ya firmada su sentencia y solo resta esperar para saber cuándo tendrá lugar su salida.

Los menos optimistas creen incluso que Florentino Pérez apurará el cambio de entrenador antes de la disputa de El Clásico ante Barcelona, que tendrá lugar el próximo domingo.

Y si bien es cierto que la planificación del Real Madrid falló ya desde el mercado de fichajes, en el que se quedó muy corto a la hora de complacer los deseos del entrenador especialmente ante la salida de Cristiano Ronaldo, lo cierto es que este tampoco ha demostrado reacción para superar las adversidades.

También quedan en entredicho los jugadores y, especialmente, los capitanes. Sergio Ramos fue el principal valedor para que Lopetegui fichara por el Real Madrid y con su rendimiento no está ayudando al entrenador, bajo sospecha también por algunas concesiones al vestuario, sobre todo en el tema de las concentraciones. Queda también tocado el capitán, el que más fuerza hizo para que Julen fuera al Madrid, a ojos de la Directiva.

Y todo este cóctel es el que ha llevado al Madrid al caos, a poder acabar la jornada en octava posición, a haber firmado la peor racha goleadora de toda su historia y tener en el mes de octubre al entrenador al borde del abismo. El precio de un pésimo verano.