En 2008, el lanzamiento de Dead Space fue recibido con excelentes críticas, y fue considerado uno de los mejores survival horror de la década. Cinco años después, salió al mercado su segunda secuela, y esta no solo tuvo una recepción mucho más pobre, sino que pronto el equipo desarrollador fue disuelto, y Visceral Games cerró sus puertas. Todo apuntaba a que la franquicia había sido abandonada, luego de casi una década sin un nuevo lanzamiento.
Eso fue hasta que Electronic Arts anunció el remake de Dead Space, reviviendo así a la saga para alegría de muchos fanáticos del terror y la ciencia ficción. EA fue muy transparente con el público a lo largo del desarrollo, que fue iterando según el feedback del público. Así terminamos con un juego que mantiene el espíritu de aquel título original, y con las mejoras y cambios justos y necesarios.
Ni bien arrancamos Dead Space nos sumerge de lleno en su historia, ambientada en el siglo XXVI. Controlamos a Isaac Clarke, un tripulante de la nave de reparación USS Kellion, cuya misión es investigar qué ha sucedido con la gigantesca nave minera USG Ishimura. Isaac responde a un llamado de auxilio por parte de su novia Nicole Brennan, la oficial médica de la nave, y pronto se encuentra luchando contra monstruos, mientras investiga qué sucedió con la nave y el resto de su tripulación.
Desde el primer momento, todo sale mal para Isaac. La llegada del USS Kellion es más que accidentada y todo su equipo se separa, forzándolo a defenderse solo contra las terroríficas criaturas que habitan la nave. A medida que avanza el juego iremos conociendo más sobre la historia de Isaac, lo que sucedió en el USG Ishimura, y cómo todo eso se relaciona con un culto religioso y un misterioso artefacto.
Pero la historia, por muy bien escrita que esté (ahora con actuación de voz por parte de Isaac), es secundaria a la experiencia atmosférica que propone Dead Space. A lo largo de los Capítulos tendremos que lidiar con todo tipo de situaciones y problemas a bordo de la nave, que mientras la exploramos nos daremos cuenta lo enorme que es. La tensión y el miedo es algo que se mantiene a lo largo de todo el juego, incluso en aquellos momentos donde aparentemente estamos seguros.
Esto se logra por la excelente dirección de arte y apartado visual del juego, que innova lo suficiente sobre el original para que mantenga su espíritu, pero se vea como un triple-A que saldría en 2023. Los entornos son detallados y nos cuentan la historia de la nave sin necesidad de diálogos, y las criaturas son grotescas y distintivas. La iluminación es el ingrediente secreto para que el planteo visual funcione, sobre todo en aquellos lugares donde dependeremos de la linterna de nuestro traje.
A esto lo complementa el espectacular diseño de sonido, ya sea con los distintos ruidos monstruosos que vienen de las criaturas, con las leves pistas musicales de cada encuentro, o con las llamadas que recibe Isaac cuya interferencia puede hacernos saltar si estamos lo suficientemente tensos. Todo está al servicio de que te sientas en los zapatos del protagonista, atemorizado en un entorno repleto de peligros pero determinado a seguir adelante.
Las distintas armas que consigue Isaac a lo largo del juego son quizás el mejor aspecto de Dead Space. Cada una tiene sus propias ventajas y desventajas, y a medida que avanzamos y las mejoramos nos daremos cuenta cuál conviene en cada situación. No solo eso sino que proveen experiencias muy distintas, y todas son satisfactorias para usar. Mención especial para la Sierra trituradora, que tal vez sea mi arma favorita en un videojuego.
Otra cosa a destacar es los momentos de acción y frenetismo que tiene Dead Space, en ocasiones jugando con entornos de gravedad cero, jefes, y otros elementos que sirven para crear secuencias memorables. Los desarrolladores encontraron el balance perfecto para incorporar estas escenas y que nunca se deje de sentir como un survival horror, ya que el control siempre está en el jugador, y el temor y la desesperación nunca se dejan de sentir.
En líneas generales, lo que logra el remake de Dead Space es que, si has jugado al original cuando salió como es mi caso, puedas revivirlo tal como lo recordabas, con todas las mejoras visuales y sonoras que se esperan de un triple-A de hoy en día. Termina siendo una experiencia más que sólida, trabajada con mucho cariño por un equipo experto, que nos deja con ganas de que la franquicia siga trayendo nuevas entregas ahora que revivió.
Este análisis de Dead Space se hizo gracias a un código provisto por Electronic Arts. El juego ya está disponible en PS5, Xbox Series X|S y PC.