Incomprensibles. Así catalogan muchos hinchas de diversos países a los seguidores de la Selección Argentina. Lo que tienen de malo, lo tienen de lindo y particular. Si bien es una burda generalización, el videoes una especie de pincelada de la argentinidad en su máxima expresión.

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Centralizado en el encuentro, el hincha argentino hacía caso omiso a lo que ocurría a su alrededor. Una mujer de seguridad del estadio, al divisar que se encontraba parado en las escaleras (cosa que no está permitido), fue a pedirle al fanático que se ubicase en un sector permitido. Sin embargo, como si no estuviese escuchando, el hincha continuaba en su mundo. Lo particular llega ahora.

Marcos Rojo conectaba un centro de Gabriel Mercado para estampar el 2 a 1 a favor de Argentina y establecer la clasificación a octavos de final de La Albiceleste. El simpatizante estalló en un grito de gol que transmitió a través de un abrazo alocado. La mujer de seguridad, atónita, solo esperó. Instantes después, se retiró del lugar sin aún comprender lo sucedido.

¿Cómo prosiguió todo? El hombre, con la camiseta de Lionel Messi, expandió su locura y jolgorio golpeando el concreto de las escaleras, gritando desaforadamente y, finalmente, acostado en los escalones de los cuales hace segundos lo querían retirar.

Locura total. No traten de entenderlos, porque no se puede.