Un partido de futbol inicia cuando se sale de casa y termina cuando se regresa a ella. Al menos así es para los aficionados que acuden a un estadio con intención de apoyar a su equipo favorito o para quienes lo practican en canchas llaneras, de futbol rápido o fut7. Pero gritar los goles no es precisamente lo más importante, tal como sí lo es volver sano y salvo al hogar. Esa es una de las lecturas que arroja Manchester Acatitla, cortometraje de Selma Cervantes.

Esa importancia de retornar a la vivienda después de un juego cobra mayor dimensión ante el peligro, sobre todo cuando se vive en la periferia de la Ciudad de México y el área metropolitana. El riesgo aumenta, tristemente, para las mujeres. Y es allí donde se centra la historia de este corto que compitió en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2021.

Es aquí cuando aplica cuestionar lo siguiente: ¿Es el futbol una excusa para contar la vida? Selma Cervantes, directora de Manchester Acatitla, nos responde a partir del motivo que tuvo para hacer este relato visual: “En un principio solamente quería contar algo sobre futbol y una combi, no sabía ni qué. Cuando empecé a escribir el guión, apareció la historia gracias a una plática sobre mis miedos con mi mamá, quien me contó una anécdota acerca de una combi donde ella iba y que cambió de ruta para meterse en quién sabe dónde”.

Surge entonces el tema del acoso sexual hacia las mujeres en el transporte público, así como las agresiones sexuales de las que son víctimas cientos de chicas cuando se dirigen hacia sus destinos. En este caso, Selma lo aterriza con Miranda (Fernanda Rivera), una chava que necesita trasladarse en combi para ir de su casa a la cancha y viceversa. Después de jugar con su equipo, Manchester Acatitla, sufre un asalto junto a otros pasajeros, sin embargo, ella no solamente es vista como dinero fácil por el asaltante.

“Me costó mucho trabajo leer el guión luego de que lo tuve listo. Tardé meses en leerlo porque era incómodo, dolía. Y es que me ponía a pensar en todas esas mujeres que viven situaciones así a diario. Pero cuando tuve el cortometraje hecho, me di cuenta que funciona como denuncia para mostrar algo que sucede actualmente en la vida real”, comenta Selma.

Sin haberlo planeado así, la directora se topa con que su obra coincide en tiempo y forma con la realidad de varias adolescentes y jóvenes que buscan convertirse en futbolistas tras la profesionalización de la Liga BBVA Femenil en México. Casos como el de su personaje Miranda también se registran en entidades del país.

“Me agrada bastante que esta coincidencia sirva para que las mujeres sigan en su lucha por jugar futbol y tener condiciones dignas. Manchester Acatitla es un equipo que sí existe, juega en Neza y fue el punto base para hacer este cortometraje. Me gusta ir a verlas jugar, ver sus partidos y acercarme a sus historias porque también sé lo que es tener que hacer ese esfuerzo de transportarte en combis o camiones. Lo mismo están haciendo muchas chicas para ir a patear un balón por el gusto de hacerlo, pero en ocasiones desconocemos o ignoramos lo que les pasa”.

Por otra parte, la tensa secuencia de la combi bien puede funcionar como metáfora de lo que últimamente se ha denunciado con relación a acosos y abusos contra jugadoras a manos de entrenadores en la intimidad de los vestuarios. Poco a poco surgen más voces que han decidido dejar de callar ante un mal que opera en el silencio desconocido de vestidores y centros de entrenamiento.

Por eso es fundamental preguntarle a esa futbolista cómo le fue, ya sea al término de un juego o tras su vuelta a casa, lugar donde realmente inicia el partido para miles de mujeres en México.