La situación para la selección mexicana de futbolse ha vuelto más crítica por el grito homofóbico de la afición. La FIFA la sancionó con dos partidos como local a puerta cerrada y una multa de 60,000 francos suizos. Pero si la expresión no es erradicada de las tribunas, las consecuencias pueden ser aún más desagradables.
Los futbolistas de la selección y periodistas han protagonizado campañas de concientización exhortando enfocadas a la gente para que se abstenga de insultar el portero rival, pero ante la reincidencia ha sido necesario aplicar protocolos que implican suspender momentáneamente los partidos de México y ni así la gente ha dejado de gritar.
Para algunos seleccionados, la situación es vergonzosa e insostenible, por ejemplo para Hirving Lozano. “Tenemos que evolucionar y respetar a todos los jugadores, para que no nos castiguen”, dijo el Chucky en una entrevista para la radio mexicana. “Cuando empieza a gritar la aficiónya es decepcionante. El árbitro se da cuenta,para el partido, y la verdad es que da pena.Se ve mal ante el mundo”.
El reto Chucky
En su afán de colaborar a la desaparición del grito en los estadios, en esa entrevista el periodista Carlos Loret comprometió a Lozano a marcar más goles con el Tri si la gente deja de gritar. El atacante del Nápoles de Italia aceptó la propuesta y en Twitter publicó:”Acepto #ElRetoChucky.Si la afición se compromete a gritar México yo me comprometo a meter goles”.
Todas las multas que México ha recibido por el grito desde 2015 asciende a un monto superior a los 350.000 dólares, pero lo preocupante es la descalificación del Mundial de Catar 2022 y perder la sede de la Copa del Mundo 2026, tal como lo advirtió Yon de Luisa, presidente de la Federación Mexicana de Futbol.