Críticas no faltaron y justificadas estuvieron. Canelo Álvarez y William Scull aburrieron a todos este sábado 3 de mayo en Riad, Arabia Saudita. Con el título unificado e indiscutido de las 168 libras en juego, se esperaba por un duelo intenso, pero en cambio terminó primando la cautela y la estrategia defensiva de ambos. Un dato concreto y esclarecedor revela lo mucho que dejó que desear lo que se imaginaba que podía ser uno de los combates del año.

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Ya sea por el deseo ferviente de Scull de escapar de manera constante o la falta de presión que ejerció Canelo sobre el cubano, el final terminó dejando un combate sumamente deslucido. Para plasmarlo en números, se trató de la pelea por título del mundo que menos golpes dejó ver en la historia del boxeo. 152 por parte de Álvarez y 253 de William dejaron un saldo total de 445 y un hito sin precedentes.
Dos corrientes se abrieron entonces. Muchos cargan contra Canelo por no ser capaz de resolver ese dilema, mientras que otros eligieron criticar a Scull por no aprovechar la oportunidad de estar siendo visto por el mundo para lucirse, aún si eso significaba terminar derrotado de una forma más contundente. El cubano no se salió de su plan y terminó de pie y entero escuchando el último campanazo.
Resulta un tanto paradójico que quien optó por defenderse más haya sido el que terminó encima en el contador de golpes. En este caso no importa el daño que generen los ataques, sino que solamente se suman por sí solos. La forma que Scull encontró para mantener alejado a Canelo fueron los jabs y los rectos, más alguna que otra combinación aislada, por lo que allí estuvo su clave para agrandar las estadísticas.

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Por el lado del campeón, su misión era intentar acercarse, pero en su frustración solamente se resignaba a perseguir a William por todo el cuadrilátero sin buscar algo más. Su mejor momento llegó en la última vuelta, asalto en el que decidió tirar todo lo que tenía buscando el nocaut y sabiendo que era muy difícil que se le escapara la contienda de abajo del brazo, porque Scull no tenía intenciones de lastimar al mexicano para no arriesgar de más.





