La clasificación a su primera final terminó con final feliz para Liverpool. En el Estadio Olímpico de Roma, los ingleses se impusieron por 3-1 ante Borussia Monchengladbach con los gritos de Terry McDermott, Tommy Smith y Phil Neal. Allan Simonsen había marcado el empate transitorio para los alemanes.

El campeón defensor retuvo su título en su propia tierra, en el mítico Wembley. Kenny Dalglish marcó el único gol del partido ante Brujas, que venía de eliminar a Juventus en semifinales.

En el Parque de los Príncipes, Liverpool disputaba su tercera final, instancia a la que el Merengue, ya campeón en seis oportunidades, regresaba tras 15 años de ausencia. Allan Kennedy, con un gol sobre el final del partido, le dio la Orejona a los Reds.

Ante Roma, en el Estadio Olímpico de la capital italiana, Liverpool alcanzó su cuarto título en la misma cantidad de presencias en la final. Esta vez, fue empate 1-1 y consagración mediante los penales, con Allan Kennedy nuevamente protagonista, anotando el último penal de la definición.

La racha llegó a su fin en el Estadio Heysel, de Bruselas. Los Reds, que pasaron por encima a sus rivales en las rondas previas, cayeron por primera vez en la final de la Champions League en lo que fue el primer título para Juventus. Michel Platini, desde los 12 pasos, anotó el único tanto del partido. En la previa del duelo, hoolingas de Liverpool chocaron contra fanáticos rivales y el enfrentamiento terminó con un saldo de 39 fallecidos y más de 600 heridos, causando una de las grandes tragedias de la historia del fútbol.

20 años después de su única decepción hasta aquel momento, Liverpool volvía a tener la chance de quedarse con la Orejona. En Estambul, fue triunfo por penales ante Milan, en la noche en la que Hernán Crespo marcó un doblete.

Dos años después, se repetía la definición, esta vez, en el Estadio Olímpico de Atenas. Filippo Inzaghi anotó en dos ocasiones para darle el título en esta ocasión a los italianos, que sumaron allí su séptima y última Orejona hasta la actualidad.

Liverpool alcanzaba allí su primera final con Jürgen Klopp en el banco de suplentes. Sin embargo, Real Madrid, comandado por Zinedine Zidane, consiguió quedarse con la victoria con un 3-1 que contó con los goles de Gareth Bale, por duplicado, y Karim Benzema. Sadio Mané marcó el empate transitorio aquella noche.