El equipo neroazzurro no pudo pasar del empate ante Bologna en el Giuseppe Meazza y dejó escapar una gran oportunidad de colocarse a tan sólo dos puntos de la cima.
El triunfo ante Juventus llenó al Inter de confianza, algo que se confirmó en la jornada siguiente, disputada entre semana, con una nueva victoria como visitante del Empoli. Sin embargo, los temores recurrentes en los últimos años volvieron a apoderarse del equipo cuando debía confirmar, ante su gente, que estaba en condiciones de pelear en la zona alta de la clasificación.
Bologna pegó desde el inicio del juego en el Giuseppe Meazza, con un gol de Mattia Destro antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora. De allí en adelante, la estrategia fue clara para la visita: tapar todos los caminos que tuvieran como destinatario a Mauro Icardi.
Con el goleador anulado, en Inter comenzó a volverse importante Iván Perisic, quien amenazó el arco de Bologna sin éxito en dos oportunidades, hasta que pudo convertir en su tercer intento ofensivo, con una volea que decretó el empate a los 36.
El debut del brasileño Gabriel en el complemento permitió que Icardi se liberara de una marca y el argentino comenzó a tener protagonismo, aunque le faltó la efectividad que venía teniendo desde el inicio de la Serie A, por lo que Inter tuvo que conformarse con el empate.
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