El juvenil, que ahora la rompe en Independiente y acaba de marcar su primer gol en Primera División, había sufrido la frustración de ser rechazado por los dos clubes más poderosos de Argentina.
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Ezequiel Barco es un habilidoso futbolista que se encuentra haciendo sus primeras armas en la Primera División de Independiente. Si bien lleva pocos minutos, este juvenil de 17 años de edad ya deslumbró a propios y extraños, y, el último sábado, anotó su primer gol, frente a Godoy Cruz.
Barco realizó en 18 meses lo que a muchos futbolistas les lleva años. Es que la rompió en su corto tiempo en Divisiones Inferiores y eso generó el interés de Gabriel Milito, entrenador del conjunto de Avellaneda, que inmediatamente lo sumó a los suyos.
Barco fue rechazado por River, Boca y Gimnasia.
Pero para Barco no siempre todo fue color de rosa. En 2011, luego de pasar por Central Córdoba de Rosario, se marchó a la Asociación Atlética Jorge Bernardo Griffa, donde se mantuvo hasta 2014, y allí fue cuando decidió probar suerte en Buenos Aires. Pero comenzó mal.
A pesar del interés de Rosario Central y Newell’s, la familia de Barco tenía como objetivo que juegue en Buenos Aires y por eso fue a probarse a Boca. Allí fue rechazado, por lo que llevó a cabo el mismo proceso en River y también recibió una respuesta negativa.
Luego, “Cara de Viejo” se dirigió a Gimnasia con la misma suerte y allí fue cuando casi se lo queda Banfield, pero no resultó. Finalmente, Jorge Griffa, su descubridor, fue nombrado coordinador de las Inferiores de Independiente y allí fue como desembarcó en el club que hoy los disfruta.