Tras el escándalo de corrupción que salió a la luz por una investigación encabezada por la justicia de los Estados Unidos, el recientemente reelecto como presidente de FIFA, Joseph Blatter puso su renuncia a disposición de un comité extraordinario.
La oscuridad que arrojó sobre la Federación Internacional de Fútbol el accionar calificado de “corrupción rampante y sistemática” por la Fiscal General de Estados Unidos Loretta Lynch, tuvo un peso mayor que el voto de la mayoría de las asociaciones miembro que, una vez más, votaron por Joseph Blatter.
Quiero que la entidad se limpie
Las presiones internas y mediáticas, impulsadas principalmente desde la UEFA con Michel Platini a la cabeza, debilitaron al suizo a pesar de su victoria electoral y lo obligaron a poner su renuncia a disposición de un Comité Extraordinario de la FIFA, previsto entre diciembre de 2015 y marzo de 2016.
Los integrantes del Comité serán elegidos por los miembros del Consejo Ejecutivo, que hasta el momento se mantiene estable, y se votará también por nuevas reformas.
“Tomé está decisión para limpiar el nombre de FIFA. Amo el fútbol y por eso lo hago. Quiero que la entidad se limpie”, manifestó un apesadumbrado Blatter en conferencia de prensa.
A su vez, aclaró que el comité estará encargado, en el caso de decidir dar cause a la renuncia del suizo, de elegir a su sucesor en la presidencia de la federación. “Ellos tendrán la experiencia necesaria para implementar estas nuevas medidas”, concluyó.
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